Es curioso el azar, y cómo a veces ocurren extrañas coincidencias que te ponen en el camino personas para que te den fuerzas, ilusión y alegría y encuentras en ellas ese impulso pequeño para poder volver a abrir tus alas.
Y las alas se abren y empiezan a surgir de ellas sus bellos colores, la sonrisa vuelve a aparecer y se llena tu alrededor de música y esperanza.
Increíble como la suerte, cuando piensas que no la tienes, te coloca y pone delante de ti a ese alguien que sin saberlo, sin incluso conocerse bien, se percibe desde las primeras palabras una conexión, esos gustos compartidos y ese ir y venir de correos, llamadas que ya se disparan sin parar.
Cómo la vida te coloca en sitios que no son normales que tú estuvieras, y se producen encuentros, parece como si todo estuviera predeterminado, como si todo estuviese ya escrito, y así se va sucediendo una y otra vez.
¿Casualidad o causalidad, destino o azar? No puedo, ni lo sé explicar.
Pero siempre que un libro llega a su final. Se pone en marcha la rueda y te topas con el azar.
He extendido el tapete, y he lanzado los dados para ver si esta vez la suerte me da un doble seis al final. Y ¡por fin! sentir que puedo ganar la partida, en un juego donde todo es limpio, donde el cubilete se mueve y deja caer esos dados de la suerte para que se vea la realidad y que todo lo que sobre la mesa se expone es verdad.
Gracias vida, gracias corazón, por quitar la venda que ocultaba lo que en verdad sabia desde siempre mi corazón. Gracias por abrirme caminos, gracias por darme fuerzas y siempre proporcionarme apoyo en este duro caminar.
La ilusión por la vida es mi fuerza, la esperanza el presente, acerqué la rosa azul para olerla como dice la leyenda y convirtió en olvido el pasado, por eso he colgado junto a mí el cuadro del mañana que iré pintando en presente para así no sentirme perdida ante la incertidumbre de un futuro que no existe, pues solo existe como bien dice Tolle, Eckhart "El PODER DEL AHORA".
No hay comentarios:
Publicar un comentario