Y llegó entre lloros y risas,
de sus ojos brota una inmensa luz
que ilumina y alegra
a todo el que gira a su alrededor.
Y con el peso de la costumbre de dar amor
se fue convirtiendo en ángel.
Un ángel de amor en un mundo que ella inventó
lleno de ilusiones y fantasías
y que transmite con magnetismo, fuerza y pasión.
Y sus palabras se convirtieron
en mensajes de ánimos
con sabores de alegrías
y olores a dulces melodías.
¿Cómo no querer a un ángel tan blanco?
¿Cómo no escuchar su voz tan dulce?
¡Cómo no llegar a amar un alma tan brillante!
Luz de Luces.
Luz que iluminas nuestros caminos
hoy te pido,
que nunca pierdas tu alegría
y que con nosotros
sigas caminando cada día.
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