Como jilguero cantarín con su plumaje majestuoso
así se sentía mi alma desde que te conocí.
Como jilguero triste que cuando pierde su libertad
pierde su canto y se deja morir
así se sintió mi alma cuando decidí alejarme de ti
pues, por fin, comprendí que no eras para mí.
Decir te amo, no sirve cuándo tan sólo se dan palabras
pues sólo de ellas no se alimenta el alma
se alimenta de detalles
se alimenta de momentos
se alimenta de una mirada cómplice
y de una sonrisa ilusionada
pero cuando lo que existe es distancia
y promesas que nunca se alcanzan
se resquebraja el amor y termina por dividirse el alma.
Ahora el jilguero calla, y no deja de pensar
en un mañana en el que el sol
le devuelva su color, su canto y su pasión.
Por eso si escuchas su canto y admiras su color
en tus manos tendrás la felicidad
¡agárralo fuerte! y no lo dejes escapar
pues la vida son momentos
y los momentos, si no se atrapan
ya nunca volverán.
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