jueves, 14 de abril de 2011

La luna tiene fases hasta llegar a ser llena

 

Pintura de Gino Ceccarelli "Mamaluna".

Acuno a la luna, la miro, la abrazo y deseo recibir cada día la luz que ella me envía para iluminarme el camino que debo seguir para ser feliz. Esa luna que siempre está rodeada de bellas estrellas y de bellos sueños y que nunca permanece mucho tiempo en la oscuridad, pues sus amigas las estrellas y su misma luz le dan la energía necesaria para que nunca se aparte de su vida esa sonrisa, con la cual a todos hace sentir que la vida es para vivirla y ser feliz.

Desde muy niña, miraba a través de mi ventana a esa luna que una veces era menguante otras creciente para terminar siendo luna llena o luna nueva.

Era maravilloso verla en su plenitud, cuando mis ojos la miraban florecía en mi una sonrisa pues todo en ella era mágico, lo que más triste me ponía era ver que poco tiempo permanecía siendo llena pues tan sólo duraba unos días para empezar a menguar, pero descubrí, que después de irla viendo desaparecer terminaba por convertirse en luna nueva. Un proceso cíclico, un proceso constante de cambio y renovación, cuando comprendí que al desaparecer del firmamento, no significaba su extinción sino su renovación, mi alma se alegró pues todo en esta vida tiene un proceso.

Todos menguamos en esos momentos en que sabemos que tenemos que tomar una decisión, en esos momentos que la vida nos pide una transformación pues hay situaciones o cosas que deben ser eliminadas, unas veces intentamos ir cortando flecos poco a poco, otras le damos un tajo para así eliminarlas de raíz, la forma que utilicemos dependerá del momento en que nos encontremos, de la fuerza que tengamos para ejecutar la acción, pero nunca olvidemos que ese cuarto menguante culminará con una luna renovada, con una luna nueva. Para de nuevo, posteriormente, empezar ese ciclo de la vida tan deseado que es el cuarto creciente, que después de retirar todo lo que nos hace menguar, después de limpiar debidamente todo el cáncer que había a nuestro alrededor, aprendemos, somatizamos la lección y crecemos como la Luna.

Todo en nuestra vida está en continuo movimiento, no todo gira alrededor del sol, en este caso la tierra sí, pero la tierra es polvo y el polvo con el viento es trasladado al sitio donde debe estar. La luna gira alrededor de la tierra y alrededor de sí misma, y su giro constante hace que siempre veamos la misma cara de la luna. En estos giros alrededor de la tierra, aprende que ella quiere ser luz y no polvo que desplazamos de un lugar a otro pues donde hay polvo no hay visión, donde hay polvo no hay felicidad y donde hay polvo no hay color. Nunca gira alrededor del sol, porque el sol puede deslumbrar, dejar sin visión e incluso quemar. La luz del sol responsable del día y la noche en la tierra es también la causante de que se vean las diferentes fases de la luna. Pero eso no es malo, en su defecto el que otros veamos y comprendamos esas fases nos hace aprender que todo en esta vida es así. Las estaciones van por fases de tiempo y el paso de una a otra también se asemejan a los cambios de nuestra vida conforme vamos cumpliendo años. Las fases de la luna lo que nos indica es el crecimiento interior, con su luchas pertinentes, pero que siempre dará como resultado final o Luna llena o luna Nueva, pero nunca será eclipsada eternamente porque ella en sí misma es Luz, no necesita ser reflejo de nada ni de nadie.

La luna no gira nunca alrededor del sol, en su caso, unas veces, sale cuando se pone el sol. Otras sale y se pone en horas similares a las del sol, pero no podemos verla porque el sol ilumina, en esos instantes, su cara oculta, la cara no visible desde la tierra, pues en ese instante se ha transformado en Luna Nueva.

Al conseguir llegar a ser Luna Nueva, podemos deducir que se ha conseguido la renovación, por tanto, ello conllevará un resultado esplendido que es convertirse en Luna Llena. Y cuando llegue a ser Luna llena , ya nunca perderá su sonrisa, ni su luz, ni su alegría, porque habrá conseguido la meta que se marcó desde que era una niña, que era llegar a encontrar el cráter del cual sólo emanara felicidad, bondad y amor. Y ese cráter tan sólo se puede encontrar en ella misma y en su corazón.

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