Alas tornasol quisiera tener para así vestirme cada día de diferente color y poder mostrar sin palabras lo que pasa en mi interior. El día que mis alas fueran blancas significaría que mi alegría es plena pues el blanco comprendería todas las tonalidades cromáticas que en ese momento esta sintiendo mi corazón.
Alas negras para la tristeza.
Alas rojas para la pasión.
Alas rosas para la ternura.
Alas amarillas para los celos.
Alas verdes para la esperanza.
Alas azules para el amor.
Alas naranjas para los días de fiesta en presencia del sol.
Y alas lilas o moradas para el autocontrol.
Juntar el ala humana al ala acompañante en el camino y que sean ambas del mismo color es lo que día a día tenemos que intentar. Pues sólo en una buena conjunción de colores de ambas alas podremos llegar al final buscado por los dos.
Porque habrá días que te vistas de tristeza, y entonces yo sacaré mi ala rosa con tornasoles verdes para que la brisa lleve hasta tus sueños, la ternura y la esperanza que aunque dormida a veces, sigue latiendo escondida en un rinconcito de mi corazón.
Y habrá días amarillos, pero entonces necesitaremos el complemento de las alas azules, para poder ver el sol.
Y en un ir y venir de diferentes vestiduras, iremos aprendiendo a conjugar todos los colores.
Hasta llegar a ese día que nos vestiremos ambos con alas anaranjadas.
Para por fin cerrar un libro que ya se escribió. Y podamos empezar otro que poco a poco se encuadernó pero que siguen sus páginas en blanco, esperando a que ambas alas se vistan de ese color.
Sus pastas ya tienen un nombre tatuado, y están a la espera de una pluma que escriba en sus páginas con sus alas multicolor una historia que ya desde su comienzo se vislumbrará como un bonito relato de amor.
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