viernes, 25 de febrero de 2011

EL RELOJ Y EL MINUTERO QUE MARCA Y MARCA LAS HORAS SIN PARAR

Y sigo aquí mirando las horas pasar,
Y sigo aquí junto a un reloj
que su minutero dejo de funcionar,
Sí, sigo aquí sentada, en esta estancia
Junto a tantos relojes que sin cuerda,
Se quedaron cuando tú dejaste de respirar.

¿Por qué será que sigo coleccionando relojes
Que al final se quedan sin fuerzas
Para hacer sus agujas girar?.
Será que como todo,
¿ellos también tienen un final?

Me gustan los relojes, porque cuando escucho su tic-tac
Me recuerdan que todavía me queda vida y mucho por andar.
Que el tiempo Inexorable sólo pasa sin pasar,
cuando no queremos aceptar la realidad,
para convertir nuestro corazón
en prisionero de una falsedad,
dejando de sentir, en nuestro pecho, su alegre galopar,
para transformarlo en una jaula lleno de tristeza y soledad.

Por eso, he decidido ponerlos todos a funcionar,
Para que ya nunca pasen las horas sin pasar,
Y mi vida fluya como la corriente de un río,
que desemboca en un mar,
para llegar convertida en ola a su destino final,
que será esa playa donde pueda atracar
llena de fuerza, de vida y felicidad.

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