sábado, 5 de febrero de 2011

AMARTE A LA ANTIGUA

Porque nosotros nos amabamos a la antigua y fuimos grabando a fuego lento en nuestros corazones un amor eterno. Porque no hay eternidad que pueda separar a dos corazones que se han amado de verdad.
Es por eso que miro el horizonte buscando alguna señal, miro a las estrellas por si detras de una de ellas tú estas, miro al cielo si es de día e imagino tu rostro entre ellas vigilando mi caminar, busco en la noche a la luna menguante o creciente, por si en ella te meces y te duermes, para sentirme tranquila y saber que estas bien allí donde el destino te quiso llevar.
Veo tu reflejo detrás de un sol resplandeciente, puedo ver tu sonrisa traviesa entre las olas que llegan y me salpican. Y como no ver esos grandes ojos negros que emitian destellos y que me hablaban sin hablar.
Leo tus cartas, veo tus fotos, comparto contigo mis penas, te pido consejo y te hablo cada noche pidiendote fuerzas y valor para afrontar cada día el reto de una vida que sóla sin tu amor me tocó llevar.
Dejaste en mi vientre la semilla de la felicidad, pero con tu marcha él tampoco se quiso quedar y partió poco después buscando tu camino para poder junto a tí andar. Que solita me dejaste , que solita me dejó, pero aqui sigo luchando en busca de la felicidad. Esa que un día encontré contigo y esa que me enseñó lo que era amar.

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