Amanece un nuevo día,
al abrir mis ojos desearía
que las penas del pasado
tan sólo fueran pesadillas
que no hubieran sido realidad.
Intento con cada nuevo amanecer
sacar fortaleza para poder seguir soñando,
mostrando a los que me quieren una sonrisa,
pero el caminar cada vez es más angosto,
a veces me derrumbo y unas lágrimas recorren mi faz.
Sigo luchando en busca de ese cielo que siempre sea azul,
sigo soñando que algún día mi universo sea azul,
y sigo esperando que un príncipe
me despierte de un sueño que no es azul.
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