sábado, 5 de febrero de 2011

EL ARBOL DEL AMOR


Me he parado hoy a pensar, me he sentado. Realmente no sé hacia donde debo tirar, ciertamente la vida nos pone caminos, diferentes rutas, y llegado el caso, en el momento adecuado y que creamos oportuno, debemos mirar hacia dónde queremos encaminar nuestros pasos.
Intentar buscar un sucedáneo, no es la solución. La solución (dice mi mente) es cerrar heridas, coserlas lenta y suavemente, para que las marcas no dejen zurcos, no dejen cunetas en el corazón. 
He tenido una pregunta rondando estos días en mi cabeza ¿qué ocurrirá si me sumerjo en una relación en la cual no me siento capaz de dar el "DO" de pecho?
Y mi conclusión final ha sido, que me haré daño a mí y a los demás.
Es bonito tener una ilusión, es bonito ser amada/o, pero más bonito es percibir que el amor es mutuo, y que con el tiempo se iran creando unos lazos que no se romperan jamás.
De todas formas, es bien sabido que, si no nos arriesgamos, si no nos tiramos a la piscina, nunca podremos llegar a nada. Pero, ¿cuándo es el mejor momento para lanzarse?. Realmente no lo sé.
Creo, que la mejor relación es la que parte desde los comienzos con una amistad, esa que se va creando con el paso de los días, con el conocimiento mutuo, esa que se genera desde la perspectiva y la visión tanto de las virtudes como los defectos del que tenemos en frente.
Por eso, mi resolución ante estas preguntas ha sido que el amor que dura es aquel que empieza por plantar una semilla, aquel que se va cuidando con su riego, con su mimo, pues eso dará un bello tallo, que con el paso de los días, meses o años, haran que florezca un bello árbol.
Ese árbol que muchos lo llaman el árbol de la vida y que yo hoy bautizaré como el árbol del amor.
Ese árbol del amor crecerá y perdurará hasta el final de tus días. Pues fue plantado y cuidado con paciencia, y al cual se le fueron podando y arrancando aquellas ramas y aquellas hierbas que no lo dejaban crecer ni avanzar, pero lo más importante es que fue regado con amor.
Ese amor le hará elevar su tronco hacia la inmensidad del cielo y le dará a sus ramas un color sin igual y unos frutos con mucho sabor.
Hoy emprendo el camino hacia la búsqueda y cultivo de mi ARBOL DEL AMOR.

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