Dejame ser locura que se mece en el viento,
dejame ser brisa para llegar a sus sueños,
dejame ser la luz que ilumina sus noches,
aquellas en las que se unen dos cuerpos
para navegar en un velero llamado deseo
movidos por las olas de la pasión y el desenfreno.
A ti te hablo, travieso niño,
a ti, que te convirtieron en Dios,
A ti que te llamaron Eros.
A ti te pido, que dirijas hacia mí tu flecha
para que con ella hagas renacer en mi corazón,
ese maravilloso sentimiento,
ese que nos eleva hasta el firmamento,
ese que eriza la piel,
ese que hace brotar en nuestro vientre
mariposas de bellos colores,
y un sin fin de sensaciones,
difíciles de plasmar cuando se está sintiendo.
A ti pequeño pero grande a la vez
por la magnitud de lo que nos haces sentir te pido,
volver a tenerlo de nuevo.
Amor que maravilloso sentimiento,
cuando dos personas viajan unidas,
en ese velero llamado Sueño.
Dejame tan sólo dejame por un momento
amarrar mi velero en su puerto
para poder sentir que me ama,
que soy su mundo, su vida y su sueño.
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