SIEMPRE ESTAS JUNTO A MÍ

 

Elevo mis ojos al firmamento, y....
¡ahí estas!
mirándome desde su inmensidad
avivando la luz de nuestro sol,
para que la frialdad
de las mañanas de invierno
no congelen mi mirar
pues en breve juntos podremos estar.

Llegada la tarde ,
mi alma viajera está frente al mar
su brisa me acaricia
y me hace suspirar
puedo sentir que estás conmigo
aunque estés en otro lugar
y la ternura me invade,
cuando me empiezas a susurrar
que tu luz gira y gira junto a mí
y que siempre me amarás.

Ya en el crepúsculo de la noche,
miro al cielo y ....... ¡allí estas!
tus ojos son dos luceros
que no me dejan de observar,
junto a una luna que me acuna
con una sonrisa celestial.
Y es en ese preciso instante,
cuando tu luz me alcanza
y por fin puedo respirar
porque tu cercanía aunque lejana
me hace sentir que me amas de verdad
y ni el tiempo ni la distancia
nos podrá separar.