Lejanos muy lejanos,
van quedando aquellos días
que como brisa a mi vida llegaron,
trayendo ilusiones perdidas,
renovadas alegrías y despertando
sonrisas que se ocultaban
tras muros que fueron construidos
con amargas despedidas.
Lejanos van quedando aquellos días,
que en mi memoria
y en mi corazón fui guardando.
Las hojas recobraron los colores de antaño,
las flores bailaban coquetas y divertidas,
al son de una voz que dulcemente las mecía.
Y siguen marcando las horas
alejándome de tan gratos días,
y siguen cayendo las hojas
que secas se quedaron
al comprender que ya no volvería
a gozar de su ternura y compañía.
Una música suena...
y con ella revivo la felicidad
que llegó a mi vida.
Lejano, ¡qué lejano!,
siento el amor de aquellos días.
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