domingo, 8 de abril de 2012

La luna necesita de su sol

En las noches de luna nueva,
Aunque nadie la vea
porque esté oculta y distante,
desde el cielo nunca deja de mirarte.
Esboza en su faz una sonrisa de nácar,
para que la alegría sea tu acompañante.
Sus ojos emiten una luz
que se ve desde cualquier parte.
Su tez es morena
porque el sol le regala su calor
para que luzca aún más bella,
en noches plateadas, repletas de estrellas.

Tiene reflejos de plata,
sus hilos transparentes
Con su bordar silencioso atrapa.

Su voz es callada,
Cuando los luceros hablan
Y no necesita decir palabras,
para tocar con su varita
los corazones que palpitan
como sus eternas gemelas.

Y tranquila en el cielo espera,
a que su menguante o creciente vaivén
Alegre la vida de aquellas estrellas
que son sus compañeras.

Y es que La luna anhela,
noches de luna llena.
Pero para llegar a ellas,
tiene que menguar
solo así podrá ¡por fin! nacer
como luna nueva.

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