lunes, 8 de agosto de 2011

El Pájaro cantor




La mañana de nuevo me ha sorprendido, y al abrir mis ojos no creí reconocer en que lugar me encontraba, estaba perdida y por mucho que miraba no divisaba el sendero por el cual debía transitar. Creí haber dibujado un mundo de colores y felicidad, pero por mucho que alzaba el vuelo no llegaba nunca a ese lugar que en mis sueños lograba conquistar.¿Qué me pasaba? No lo podía explicar.

¿Por qué estaba parada sin poder andar? ¿por qué si soy navegante mi barca seguía a la deriva por el mar?.

Soy como pajarillo que en una rama se quedó preso y no puede volar, sus alas están rotas pues el viento en contra le hizo perder muchas de sus plumas y ahora se siente paralítico y sin fuerzas para planear.

Cierro los ojos y empiezo a brincar para romper el lazo que me ató a ese lugar, donde todo es frío, sombrío y el hielo marchitó todo lo bonito que rodeaba nuestro hogar para convertirlo en un paraje inhóspito y en el cual todo es soledad. Una soledad que minó todos los rincones de mi casa, pues no quise escuchar la voz de la razón que me gritaba sin parar, ¡Vete, vete ya !que aquí no encontrarás la felicidad, no sacrifiques tu tiempo, ni tus días, hay otros mundos en los cuales volverás a encontrar la sonrisa perdida y todo aquello que tu alma te pide sin cesar.

Hinché mis pulmones, aparté el miedo, recordé todo aquello que había vivido y que me vistió de colores brillantes, donde cada día se escuchaba un vals y el abrazo era lo más valioso que tenía pues era el abrigo que todos necesitamos para darnos fuerzas, en esta vida donde tendremos muchos tropiezos que nos harán perder el aliento, y entonces vi en el cielo una luz que me animaba a luchar y me decía: “ No te pares, naciste guerrera en un mundo de dificultades, no te pares cariño y cuando te pierdas mira mis ojos que son la luz que necesitas para caminar, porque yo soy tu y tu eres yo, por eso toma mi mano, camina, corre o vuela hacia otro lugar que te bride felicidad y no cometas el fallo de Orfeo que al mirar para atrás ya nunca más pudo hacer su sueño realidad, por eso camina con decisión hacia tu futuro y aprende de lo vivido, sin añoranzas, sin lágrimas pues si Orfeo no hubiese vuelto la vista atrás en su presente hubiera tenido a Eurídice, que era el amor de su vida, pero la duda le hizo cometer el error que le llevo a perderla para ya no volver a verla jamás”.

Por eso busca dentro de tí, tu pájaro cantor, y vuela hacia un mañana donde cada día y cada noche te acompañe la sinfonía del amor y nunca más te dejes amarrar a un árbol que no te de cobijo, abrigo o calor pues se volverá a marchitar tu corazón y de nuevo perderás la voz, el color, tu sonrisa y la ilusión que es tu mayor don.

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