Océanos, mares, arrecifes, acantilados…
todos forman parte de un mismo elemento,
un elemento que es vida y que da vida.
Un elemento que se convierte en gotas
gotas que a veces caen del cielo,
otras de unas mejillas,
otras brotan por fisuras,
fisuras causadas por algún estruendo.
Agua, elemento fundamental
para el universo y para nuestro cuerpo.
Agua es lo que necesito para refrescar mi tegumento,
agua que brote del manantial del deseo,
agua dada para regalar vida, para calmar la sed…
agua que como gota evaporada
me alce hasta las nubes que habitan tu cielo.
Agua y sal que de alegría.
Sal con la que cicatrizar tantas heridas,
sal que condimente mi vivir con tu cercanía.
Agua, sal y lava.
Lava que será el último condimento que necesite
para tibiar mi piel con el roce de tus dedos.
Lava que dé color a la sombra
que quedó tatuada en el recuerdo.
Con estos tres elementos
Aviva la magia del contacto de dos cuerpos,
con la Lava que brota del epicentro de tu universo,
con la sal que condimente el enlace de unos besos
y con el agua que refresque unos mundos
que marchitos quedaron por momentos.
Lava, sal y agua,
Volcán, océano y cielo
son los leales amigos
que necesitan
la cercanía de dos cuerpos.